Ahora surge la pregunta: ¿Cómo podemos aumentar ese deseo intenso de encontrar a Dios o hacerlo nacer en nosotros, si es que aún no ha despertado? Estando en la compañía de aquel que tiene lo que tú deseas. Si deseas ser un luchador, busca la compañía de un luchador; si tienes interés en el estudio, entonces busca la compañía de una persona erudita. La irradiación absorbida al estar ustedes en la compañía de un Santo les dará indecible beneficio. (380)
La compañía de una persona que sea autocentrada (Como el Maestro que está centrado en Su propio Ser) les irradiará con Su impulso de Vida. Maulana Rumi dice: “Si están en la compañía de un Santo, al que se refieren las Escrituras, ( no los así llamados maestros, de los cuales está inundado el mundo en la actualidad) y si se sientan cerca de Él durante una hora obtendrán su irradiación. Harán mayores adelantos y mayores progresos internamente que dedicándose cientos de años a la devoción. (381)
Pueden obtener Su Irradiación donde Dios ya está manifestado. Al estar sentados aunque sea por corto tiempo cerca del cuerpo humano donde Dios está manifestado, les dará resultados más pronto. Por eso se enfatiza tanto en las Sagradas Escrituras, sobre la importancia del Satsang en la Compañía Física de un Santo. El progreso es acelerado por medio de la irradiación. El mismo Poder de Dios está dentro de ustedes, pero no se ha despertado. Este será ha despertado al momento de la iniciación y después la persona iniciada recibirá un empujón por medio de la irradiación de Poder Maestro (internamente)
Esta es la razón por la que se dice que una mirada directa (El Darshan del Maestro) la mirada radiante directa de un Santo, la cual es irradiada desde lo externo a tu alma, puede acercarte a tu propio ser y entonces verás la Luz de Dios dentro de ti. Por tanto, una mirada llena de gracia de un Maestro viviente es suficiente para nosotros. Esta nos dará ayuda. Eso es lo que significa cuando decimos: “Busquen la compañía de un Santo, mientras más reciban de Su compañía mejor”.
Cuanto más receptivos se vuelvan al sentarse cerca de Él, tanto mayor será el beneficio que obtengan. El simple hecho de ir y venir para ver al Maestro físicamente, no les servirá de mucho, es la receptividad la que les da un beneficio sustancial. Mientras más tiempo pueden pasar en la compañía de un Santo, tanto mejor.
El lenguaje del Maestro está saturado con el néctar del Señor y cuando habla irradia una emanación divina y donde quiera que vaya, satura suavemente a otros con Su divinidad. No importa cuan dulces puedan ser las palabras de una lectura, si la persona que las lee no está teñida del amor por Dios, no habrá efecto espiritual. Cuando se escuchan y se practican las palabras del Maestro toda inquietud por el conocimiento desaparece y esa carga de irradiación divina proporción a paz perfecta. (383)
Cada palabra, cada mirada, cada movimiento, cada toque, hasta el aura misma de un Santo está impregnada de la Misericordia, del amor y de la Gracia de Dios. La atmósfera al rededor Suyo está cargada. En verdad el Aura personal del Maestro tiene un efecto único e incomparable. Ninguna palabra podrá llegar a describir Su grandeza. (385)
Deben ustedes sólo mirarle atenta, minuciosa y penetrantemente, olvidándolo todo, olvidando todo lo demás; reciban las impresiones y después cierren los ojos y dejen que esas impresiones se graben en sus corazones. (386)